Ante la escuela tradicional, aún hay muchas preguntas acerca de si la escuela en casa o homeschooling es una opción válida, especialmente si se tiene la opción de elegir. Pero, como pasa con todo, este sistema no solo tiene desventajas, sino también bondades.
Dalia estaba desesperada. Su hijo Ulises había perdido la alegría de ir a la escuela. En tercer año de primaria, el pequeño salía todos los días de la escuela triste, cabizbajo y algunas veces llorando. Cuando Dalia le preguntaba qué pasó, él decía que sus compañeros no lo querían, que le llamaban mentiroso, que lo excluían de sus juegos, que lo mandaban callar, y especialmente se enojaban cuando él hablaba de temas que a Ulises lo apasionaban pero que a ellos les resultaban incomprensibles.
Después de consultas, orientación, exámenes y otras herramientas, Dalia se enteró de que Ulises era un niño con altas capacidades y su interacción con sus pares se veía afectada por ello.
Dalia gestionó que la escuela implementara algunas adecuaciones para Ulises. Funcionaron por un tiempo: recuperó el entusiasmo y se sintió más cobijado. Pero fue sólo por un tiempo. Con el paso de los meses, la docente encargada de su adecuación y la responsable de gestión curricular abandonaron las prácticas que habían aprendido a implementar con Ulises.
Cuando Dalia descubrió que Ulises de nuevo estaba sumido en una profunda angustia, estaba a punto de sentirse perdida, cuando alguien le habló de las ventajas de llevar la escuela en casa.
Los niños y adolescentes con altas capacidades enfrentan un desafío poco visible pero profundamente impactante: el estrés social dentro del sistema educativo tradicional. A menudo, la escuela no solo representa un lugar de aprendizaje, sino también un entorno de incomprensión, presión y aislamiento.
El homeschooling es una alternativa que no solo respeta el ritmo y estilo de aprendizaje de alumnas y alumnos, sino que también les brinda un espacio más saludable para su bienestar emocional y social.
Es verdad que una madre o un padre no necesariamente tiene las herramientas teóricas y didácticas para emprender en solitario la educación formal de sus hijas e hijos, pero hoy día existen muchas ayudas, recursos, asociaciones, grupos, docentes y comunidades que brindan todo el apoyo que se requiera.
Hablemos primero de las razones socioemocionales para llevar la escuela en casa.
El estrés social en niños con altas capacidades
Muchos niños con sobredotación intelectual experimentan ansiedad, frustración y hasta rechazo en la escuela. Algunas razones comunes incluyen:
- Sensación de ser diferentes: Su forma de pensar, su nivel de conocimiento y su forma de expresarse suelen ser distintos a los de sus compañeros de edad.
- Incomprensión por parte de docentes y compañeros: No siempre encuentran un entorno que valore su capacidad de cuestionar, su intensidad emocional o su necesidad de profundizar en ciertos temas.
- Problemas con la autoridad: Algunos niños superdotados desafían normas que consideran ilógicas o injustas, lo que puede generar conflictos en el aula.
- Dificultades para hacer amigos: Pueden sentir que no encajan con sus compañeros y, en algunos casos, sufrir burlas o aislamiento.
Todo esto genera estrés social, una carga emocional que puede llevar a problemas de autoestima, ansiedad e incluso rechazo a la escuela.
Un entorno seguro para el crecimiento personal
El homeschooling (educación en casa) ofrece un modelo educativo que respeta la individualidad de cada niño y reduce los factores de estrés social. Algunas de sus ventajas clave son:
- Ritmo de aprendizaje personalizado: Los niños pueden avanzar según sus capacidades sin tener que esperar a otros ni sentirse presionados.
- Menos exposición a ambientes hostiles: Se minimizan situaciones de bullying, burlas o incomprensión que pueden afectar su bienestar emocional.
- Mayor control sobre las interacciones sociales: En lugar de verse obligados a interactuar con grupos que no comparten sus intereses, pueden socializar de manera más natural en espacios donde se sientan cómodos.
- Mayor conexión familiar: La educación en casa permite un enfoque emocionalmente seguro, donde los padres pueden acompañar y apoyar de manera más cercana el desarrollo de sus hijos.
¿Y dónde queda la socialización?
Uno de los mayores temores sobre el homeschooling es la idea de que los niños no aprenderán a socializar. Sin embargo, la socialización no se trata solo de estar en un aula con otros niños de la misma edad. Para los niños con altas capacidades, el homeschooling puede ser una oportunidad para conectar con personas que realmente compartan sus intereses.
Algunas formas de fomentar su socialización incluyen:
- Grupos y comunidades de homeschooling: Encuentros presenciales y virtuales con otros niños que también estudian en casa.
- Actividades extracurriculares: Clases de música, arte, deportes, robótica o cualquier actividad donde puedan relacionarse con pares afines.
- Interacciones intergeneracionales: Al no estar limitados a un grupo de edad, pueden establecer relaciones con personas mayores o más jóvenes con quienes compartan intereses.
- Voluntariados y proyectos colaborativos: Participar en actividades donde puedan aportar sus talentos y sentirse valorados.
Una opción seria y completa
Para los niños con altas capacidades, el homeschooling no solo representa una alternativa educativa, sino también un refugio contra el estrés social que enfrentan en las aulas tradicionales. Al permitirles aprender en un ambiente donde se sienten comprendidos y seguros, su desarrollo emocional, intelectual y social se fortalece. Lo importante no es solo educarlos, sino también garantizar su bienestar y felicidad.
En el Instituto CASO, creemos en la importancia de crear entornos de aprendizaje que respeten y potencien el talento de cada niño. Por eso, acompañamos a las familias en la transición al homeschooling, ofreciendo recursos, asesoramiento y una comunidad de apoyo para que cada niño con altas capacidades pueda florecer.
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